dijous, 13 d’octubre del 2011

No sense.

Parecía que el otoño no quería dejarse ver aquel año, permanecía escondido, del mismo modo que ella se estaba escondiendo del mundo. Al igual que los meteorólogos no tenían una explicación para los calurosos días de aquel octubre soleado, ella tampoco encontraba el modo de descifrar el porqué de su letargo. Quizás sólo era cuestión de tiempo que el otoño llegara, quizás sólo había que esperar pacientemente a que octubre se quitara su máscara de agosto... El verano no podía durar eternamente, ella lo sabía, aun así, se moría de ganas por que empezara a llover.