Hoy dejo a un lado sentimientos egoístas y pensamientos banales. Pido por un momento que volvamos los ojos a Grecia, la cuna del pensamiento occidental, la madre de la democracia, la tierra que vio nacer a pensadores e intelectuales tan influyentes como Aristóteles, Pericles o Sófocles... Pero en estos días nada de eso importa. La crisis ecónomica ahoga a sus gentes, y los ajustes exigidos desde las cúpulas políticas y económicas de Europa no hacen nada por mejorar la situación, enfrente de todo esto no es de extrañar que se hayan tomado las calles, lo que desconcierta es que la policía se dedique a lanzar gases lacrimógenos, en lugar de unirse a la protesta ciudadana... No se dan cuenta de que ellos son otras víctimas más del sistema, del abuso de poder por parte de muchas, demasiadas, personas.
Los de abajo han tenido siempre tanto miedo a perder, que ahora que ya no les queda nada han decidido tomar las calles para hacerles sentir a los de arriba la misma angustia y opresión bajo las que han tenido que vivir ellos siempre. No es agradable ver tu ciudad en llamas, ¿verdad? Cuando no tienes nada que llevarte a la boca esto ya da igual.
Pensáreis que a más de 3.000 km de vuestras casas no hay nada de que preocuparos, que el otro lado de la pantalla de la televisión queda muy lejos, que lo que sale en los titulares nunca es cierto, nunca ocurre cerca de aquí, cerca de ti, cerca de mí... Pero me temo que esta vez va a ser distinto, las distancias se acortarán y los que saldrán al otro lado de la pantalla seremos tu vecino o tu amigo de toda la vida o tú o yo, que los titulares los protagonizará gente que conoces, pues esto no es una película de hollywood, no es un videojuego en el que ganas puntos por matar a gente... Esto es la triste realidad.
